BIOGRAFIA DEL PADRE HENRY DANIELS
Vio la luz del mundo el 29 de diciembre de 1891 en la población de Bladel, Diócesis de Bois Le Duc ubicada en el estado de North Bravant, Reino de Holanda.
Hijo de Petrus Daniels y Catharina Antonisse Daniels; realizó estudios primarios en su ciudad natal y secundarios en las poblaciones de Eindhoven y Schimsert, escolásticos en Oirschot, fue consagrado sacerdote el 14 de Junio de 1919 en la Diócesis de Bois Le Duc, la misma donde había nacido, realizó estudios de elocuencia sagrada en Meerssen.
En 1920 fue designado profesor de estudios secundarios en Schimsert, en donde había sido estudiante unos años atrás, donde ejerció hasta 1924.
La Compañía de María, Misioneros Monfortianos, en la que había sido consagrado sacerdote, le envío en 1924 a la parroquia de Belén en Bogotá y luego en 1926 como profesor a la Escuela Apostólica o seminario Menor del municipio de San Juanito en el Meta, donde colaboró en la formación integral de los primeros once sacerdotes ungidos en la navidad de 1928.
De 1931 a 1938 ejerció como párroco de Medina Cundinamarca donde demostró su fortaleza y liderazgo en la formación y extensión del cristianismo.
En 1938 fue párroco de Villavicencio, en 1939 Visitador de las misiones monfortianas en el Vaupés y en 1942 párroco de Acacías, Meta, en donde con gran esfuerzo logró terminar la construcción del primer templo parroquial que había iniciado su predecesor el padre Enrique Preenen; en 1954 ejerció como Vicario de la Catedral, en 1955 pasó a ser párroco y Superior en San Martín en donde al parecer no había nada extraordinario para realizar.
Y llegaron el momento y el lugar para los que estaba hecho, fue así como a finales de 1955 recibió su designación como primer párroco de Castilla la Nueva, donde ejerció desde marzo del año siguiente hasta enero de 1962; combatió con especial celo pastoral la fornicación, la prostitución, el concubinato, el amancebamiento, el adulterio y con igual celo defendió la institución del matrimonio y la unidad familiar como célula central de la sociedad y de la patria.
Su gran capacidad de trabajo lo llevó a constituirse en el constructor del Templo Parroquial, de la Casa Cural y del Cementerio así como en el principal impulsor de la educación y del progreso urbano, al mismo tiempo que acompañaba a las comisiones que viajaban a la capital de la Intendencia a pedir la construcción de escuelas y el nombramiento de maestros en diferentes veredas del Corregimiento.
En 1958, con gran visión futurista, apoyó la realización de un censo poblacional que arrojó un total de 9.710 habitantes para Castilla la Nueva y sirvió de base para la creación del Municipio en 1961.
Sus enfermedades lo llevaron a buscar un clima favorable en la Mesa, Cundinamarca, donde acudió finalmente al llamado de la voz del buen pastor en 1968.
Cumplió ante Dios y ante los Hombres.